sábado, 2 de junio de 2007

Amanuense


Como la luz de sus ojos
en rosicler tormentoso,
se escapa en sus sueños
todo el deseo.
Que si en sus brazos
llegase a tenerle
podría ¡al fin!
en pasión mecerle.

De agua en vida
su interior lleno.
Su boca… suave…
en su dintel,
por colinas de piel,
en perfecta simetría
con su amanecer.

Sus miedos ve desvanecer,
otro amor a esclarecer.
Inunda en llanto… ¡su corazón
a encontrado al fin…!!

Él espera el atardecer
su fuego vuelve a arder.
Como la luna…
se pierde entre sus dunas,
traspasa sus fronteras
hasta estar en ella.

Hacerla sentir
estar entre sus alas
en una danza de amor,
sus dedos resbalan
de tanta miel y sudor.

Descansa en su vientre…
su virgo ya no existe.
El atardecer ha llegado
el crúor de un ósculo
la luna ha enrojecido…

¡Fue un amanuense de su piel…!!

Ananda

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